viernes, marzo 30, 2012

Día del Joven Delincuente

Quiero contarte un poco de que se trata, el día del joven combatiente, que hoy se aprovecha para muchas cosas. Es la conmemoración del asesinato por parte de la policía de dos jóvenes, hermanos (Rafael y Eduardo Vergara Toledo) uno de 18 y el otro de 20 años, ocurrido en la Villa Francia en Estación Central el año 85. La Villa Francia se caracterizó por su oposición al régimen, y por la perpetuación de parte de carabineros de varios crímenes, que van en contra del estado de derecho por tratarse a ajusticiamientos, sin el beneficio de un juicio apropiado. Se trata de un sector de Santiago caracterizado por la marginalidad, en los 80 y 90 venir de la villa Francia como de otras poblaciones significaba ser tildado de delincuente y las posibilidades de surgir desde ahí se hacen hasta el día de hoy difíciles. Entiendo, que cause molestia a muchos el ver como un grupo de "delincuentes" bajo la bandera de esta conmemoración, causan destrozos y encienden barricadas, en esta fecha, pero también, es bueno recordarlo, ellos pertenecen a los sectores más marginales de Santiago, a donde el progreso no llega, a donde el PIB no llega, hablar del día del delincuente, es transgredir y menospreciar la lucha de quienes dan la vida por justicia. Si no hubiese sido por esos "delincuentes" hoy quizás estaríamos aún en un régimen militar. Una constante en América Latina, y sobre todo en Chile, es que si los marginados y los pobres no golpean la mesa y logran salir en las noticias, sino manifiestan y sacan a la luz la violencia que tienen dentro, por ser violentados a diario por las circunstancias cada vez más adversas, mientras ven los indices macro-económicos, y una desigualdad en la riqueza cada vez mayor, si ellos en esas circunstancias no meten ruido, NADIE en nuestro país los escucha, NADIE les presta atención. Si bien no me gusta la violencia, si le rindo mis respetos, a todos los chilenos que viven con el sueldo mínimo, que se mueven en micro, que día a día hacen de nuestro país, sacrificándolo todo, un país mejor, y que reciben el pedazo más pequeño de la torta, y le rindo mis respetos a todos los que se opusieron al régimen militar, desde el exilio, pero especialmente esos que no tenían ningún "contacto" y que por ser de donde eran, terminaron muertos en la calle, cuando sus asesinos pensaron que por ser pobres nadie se acordaría jamás de ellos.