miércoles, diciembre 27, 2006

Balalada para un LOCO

La locura es mi alegría de vivir..

Si no es de loco, de piantao, entonces para que..

Vivo con locura, feliz de mí locura, de entregar a concho, de pelear hasta las últimas, de gritar hasta quedar sin voz, abrazar apretado, pegar con fuerza, besar con ganas..

Soy un demente, un loco. Estoy feliz de serlo.



BALADA PARA UN LOCO

Música: Astor Piazzolla
Letra: Horacio Ferrer

Recitado

Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese que se yo, viste?
Salis de tu casa por Arenales.
Lo de siempre: en la calle y en vos...
Cuando de repente, detras de un arbol,
me aparezco yo.

Mezcla rara de penultimo linyera
y de primer polizonte en el viaje a Venus:
medio melon en la cabeza,
las rayas de la camisa pintadas en la piel,
dos medias suelas clavadas en los pies
y una banderita de taxi libre levantada en cada mano.

Te reis!... Pero solo vos me ves:
Porque los maniquies me guiñan,
los semaforos me dan tres luces celestes
y las naranjas del frutero de la esquina
me tiran azahares.
Veni!, que asi, medio bailando y medio volando,
me saco el melon para saludarte,
te regalo una banderita y te digo...

Cantado

Ya se que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... Baila! Veni! Vola!

Yo se que estoy piantao, piantao, piantao...
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrion;
y a vos te vi tan triste... Veni! Vola! Senti!...
el loco berretin que tengo para vos:

Loco! Loco! Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sabana vendre
con un poema y un trombon
a desvelarte el corazon.

Loco! Loco! Loco!
Como un acrobata demente saltare,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloqueci tu corazon de libertad...
Ya vas a ver!

Recitado

Salgamos a volar, querida mia;
subite a mi ilusion super-sport,
y vamos a correr por las cornisas
con una golondrina en el motor!
De Vieytes nos aplauden: “Viva! Viva!”,
los locos que inventaron el Amor;
y un angel y un soldado y una niña
nos dan un valsecito bailador.

Nos sale a saludar la gente linda...
Y loco —pero tuyo—, que se yo!;
provoco campanarios con la risa,
y al fin, te miro, y canto a media voz:

Cantado

Quereme asi, piantao, piantao, piantao...
Trepate a esa ternura de locos que hay en mi,
ponete esa peluca de alondras, y vola!
Vola conmigo ya! Veni, vola, veni!

Quereme asi, piantao, piantao, piantao...
Abrite los amores que vamos a intentar
la magica locura total de revivir...
Veni, vola, veni! Trai-lai-lai-larara!

Gritado

Viva! Viva! Viva!
Loca ella y loco yo...
Locos! Locos! Locos!
Loca ella y loco yo!

miércoles, diciembre 20, 2006

Épocas críticas.


Hay desde mí punto de vista dos épocas críticas en el año, la navidad y la primavera.

Por ser oriundo del hemisferio sur, y vivir aquí, las dos épocas tienden a juntarse. La primavera termina el 21 de diciembre y la navidad es el 24 y 25. Es decir, el momento más crítico del año para mí, llega en su último cuarto.

Me explico, un poco.

La primavera es la época, la estación reina, si pudiera denominarse de algún modo, es a la primavera a la que cantan los poetas, de la que hablan los artistas, parece no existir novela u obra romántica que no se refiera a ella.

Buena parte de la música que escuchamos, tiene alguna relación directa o indirectamente con lo que culturalmente entendemos por primavera. Una época en que se produce una explosión natural, un desequilibrio, un desorden de todo tipo. Una época de vida y alegría, pero también una época en que la soledad, y digo soledad desde un punto de vista más bien existencial, (algo que va más allá de la canción melodramática que se pudiera escuchar en una radio) se hace más cruda.

Es en primavera donde tienen un aumento las crisis en las personas que sufren problemas psiquiátricos (la mayoría de los chilenos). Es en primavera donde se produce el auge de los suicidios, personas que se ven contrastadas con una realidad cultural que les dice deben ser felices, cuando realmente no lo son.En primavera la melancolía se vuelve más triste.

Así la primavera me parece una época de un contraste rotundo en la vida humana, cargada culturalmente, más que cualquier otra estación del año. Con una notoria explosión natural que va casi en desmedro de cualquier otro momento. Época de flores, de cantos de pájaros. Época decorada barrocamente por el romanticismo, tanto el histórico, como lo que se entiende por romanticismo comúnmente. Época de “alegría”.

Lo triste de la primavera es que pasa cuando no encajas en esta alegría…

Ahora bien, si sobrevives a la primavera, y estas en el hemisferio sur, te encuentras con la navidad, la segunda época de “alegría”.

Recuerdo el año pasado, cuando estaba en Francia, todo a mí alrededor hablaba de navidad pero yo no me sentía parte de ello, era extranjero, algo falta, yo pensaba que era por el cambio de estación, justifique mi falta de espíritu navideño en el hecho de que para mí la navidad debía ser en verano.

Pero, es eso, ahora que estoy aquí, me parece que mi falta de espíritu navideño se debe quizá a una incredulidad mayor. Se mezclan y fusionan de forma muy extraña, por un lado, el bombardeo de productos extranjeros, tarjetas con monos de nieve, en medio de un calor sofocante, por ejemplo. Navidades blancas en televisión. Además de la increíble publicidad para encontrar regalos y productos.

Así tenemos la fiesta extranjera, que se suma a la fiesta local del consumo, y a la que se agrega, como “motivo fundamental” una fiesta religiosa, que me cuesta distinguir muchas veces en medio del clima de lo otro.

Esta debe ser una época de alegría, pero veo una época de compras y transacciones, que pasaran como un trámite, luego de un par de comidas y almuerzos, casi sin pena ni gloria, me parece incluso a veces que la sensación que prima el 26 de diciembre es la de alivio, algo así como, al fin ya paso. Y la del 27, feliz día de los inocentes, que van a tener que comenzar a preocuparse por la cuotas.

Suena a diagnostico terrible, pero me parece incluso, que lo he moderado un poco, desde que me puse a escribir.

Finalmente a lo que quiero llegar, quizá no voy para ningún lado, pero, cómo es que puedo decir, que las dos épocas de mayor alegría, son a la vez, las dos épocas más críticas del año, lo que me sorprende es decirlo, y no sentirme hablando estupideces, sino más bien, planteando algo que podría llegar a parecer cliché, por lo trillado.

Vuelvo a la pregunta que he formulado otras veces..

¿Para dónde vamos? ¿Qué onda nosotros?

lunes, diciembre 18, 2006

EN BICICLETA VAS FELIZ Y CONTENTO

Lejos, creo yo, el mejor medio de transporte, la bicicleta me parece, es en términos de transporte el gran avance después de la rueda.

No es de extrañar que fueran dos fabricantes de bicicletas quienes construyeron el primer aeroplano (Hermanos Wright).

Es que la bicicleta reúne las características de las grandes genialidades, es un medio de transporte simple, fácil de usar y reparar, además como avance técnico introduce un nuevo concepto en auto-transportación y auto-impulso. Eres tu quien se mueve al igual que caminando, pero con la diferencia de que aquí, por un medio mecánico este auto-impulso es más eficiente, permitiendo recorrer mayores distancias, con menor esfuerzo.

Además, al haber un esfuerzo físico te permite una relación diferente con el desplazamiento, ya no eres transportado, sino que tu te transportas, relacionándote directamente con el ambiente a tu alrededor, yendo a una velocidad que te permite mirar, y a la vez obteniendo los beneficios de hacer un deporte.

ANDAR EN BICICLETA ES CAMINAR EN EL AIRE

¿Cuál es el progreso que queremos?

Chile, es de los países con más alto nivel de infelicidad en la población, dentro de los países del mundo. Este es, para que lo sepan los turistas un país de estresados. Un país de personas que pelean a diario en una lucha salvaje, por el éxito y las metas impuestas.

Nuestro nivel de infelicidad es el precio que pagamos por estar en vías de un desarrollo y un progreso, del cual personalmente tengo mis suspicacias.

¿Cuál es el progreso al que aspiramos?

Por un lado creo que en gran medida, no lo tenemos claro. Al igual que los caballos carretoneros, nos pusieron un arnés y unas anteojeras, y nos vemos obligados a tirar hacia delante, tirar hasta morir en el intento por lograr algo, que no sabemos realmente que es. Marchamos enajenados sin un rumbo.

Entonces para justificarnos idealizamos el progreso, como una meta de bienestar por la cual vale le pena pagar cualquier precio. Pensamos en países desarrollados, como países que no tienen problemas, donde las personas viven felices, gozando de beneficios por los cuales debemos luchar pero de los que no sabemos mucho.

Esto, hace que al tomar el pulso de este movimiento muchas veces uno sufra de gran decepción al conocer ese “progreso” logrado por otros. Así al llegar a sociedades como la europea, he interiorizarnos de la falta de esperanza y el desgaste vital de sus poblaciones, de la falta de valores, y la vacuidad de sus vidas, de la falta de sentido, y la pereza existencial, entonces nos salte rápidamente la pregunta es esto lo que queremos.

Ellos que ya han llenado sus estómagos han logrado algo mejor en nivel de felicidad de lo que hemos logrado nosotros.

Como si nos pudiésemos sentir conformes con nosotros mismos luego de una borrachera. Como si el bacanal fuera a llenar nuestros espíritus vacíos y hartos de sacrificios diarios por un supuesto mejor vivir.

Pan y Circo, era la consigna en el medio de la decadencia romana, cuando la vida valía tan poco, y la clase gobernante mantenía al pueblo “tranquilo” o podríamos decir, en un estado de “bienestar”, a fuerza de espectáculos públicos, y crónica rosa, tirándole migajas para que se mantuviera con la boca llena, en una época de sin sentido que a mi gusto es tan similar a la nuestra. Orgullosos ellos de su imperio, orgullosos nosotros de nuestro desarrollo, y eso, realmente a cambiado en algo a nuestro país.

Me refiero, por favor, a un cambio sustancial… Nada. No somos más cultos, no somos más felices, no somos mejores. Hoy, creo yo, es la idea de progreso, el más grande opio del pueblo. Mantenemos a las masas sacrificándose en pos de nada, entreteniéndola todas las noches, y alimentándola con pan. Auto complacida de su desarrollo, ni siquiera nos damos cuenta de que el pan no alcanza para todos, y que en una mesa pequeña los dueños del circo comen manjares, y aún así son infelices.

¿Cuál es el progreso que queremos?

domingo, diciembre 03, 2006

¿A dónde fue a parar el sueño?

Me matriculo dentro de los que cada cierto tiempo, se acuestan cansados, y aún así no pueden dormir.

Hay veces en que llego hasta a enojarme conmigo mismo por mi falta de talento a la hora del sueño, o mi creativa cabeza, que no para de pensar impidiéndome dejar la mente en blanco, y dormir.

Para esto, he probado casi mil recetas, leche tibia, una pastilla de cloronfenamina, enumerar mentalmente países según el alfabeto, pensar en los nombres de las capitales americanas, contar que se yo lo que sea, y aún así, en esas noches es al parecer imposible.

La mayoría de las veces, después de un par de horas me levanto y me pongo a trabajar en el proyecto de turno, o a estudiar algún texto. Luego cuando considero una hora apropiada, vuelvo a intentar el sueño, y la mayoría de las veces no lo logro, sino hasta bien entrada el alba, o incluso muchas veces suena el despertador y no he dormido nada.

Entonces comienzo un día idiota. Con ojeras hasta el suelo, y cara de loco, me pongo a hacer, y siempre se me comienzan a escapar detalles, se me van las letras mientras escribo, me quedo pegado en una cosa, o se me pasa la estación en que me bajo. Siento el cuerpo cortado, y reacciono lento.

Pero, y ahora, que hago si no puedo dormir.

Me moví todo el día, ayer me acosté tarde, hoy me levante temprano, corrí, de un lado a otro, y el cansancio me ganaba, pero en el momento de acostarme, aquí estoy. Lucido, despierto, y con rabia, un poco, por no poder dormir.

¿A dónde fue a parar el sueño?

perdimos alegría

Éramos los hijos de Dios, herederos del mundo, el pueblo elegido, y preferimos convertirnos en animales antes de llevar nuestra dignidad con orgullo.

Éramos los dueños del mundo, los amos de todas las especies, y preferimos convertirnos en parásitos devoradores, antes de cuidar nuestro patrimonio.

Ahora nos enorgullece nuestra ciencia, nos quedamos en el bienestar, exigimos nuestro derecho al libertinaje y damos la espalda a todo lo que nos recuerde lo que fuimos.

Vivimos desencantados del mundo, perdimos la alegría y no sabemos que hacer mientras se nos cae el mundo encima.

Éramos los hijos de Dios, pero nosotros preferimos ser animales, no queremos saber de culpas y nos sentimos culpables, creemos saberlo todo y no nos damos cuenta que no sabemos nada.

Que somos y quienes somos ahora. A donde apunta nuestro anhelado progreso.

Creo que bienestar no es lo mismo que felicidad y la felicidad esta acompañada de una profunda alegría de vivir.

¿Es eso lo que nos caracteriza?