martes, agosto 01, 2023

Tecnología e imaginación

El desarrollo de la tecnología funciona sobre la base de la imaginación, esto se produce de dos maneras que intentaré explicar.

La primera, la imaginación proyecta la tecnología, todo desarrollo tecnologico nace de personas que inmaginan que algo que no es, es posible, o que algo que es, puede ser de otro modo, así la inmaginación, la creatividad y el conocimiento crean, crean y recrean cosas, sistemas e ideas, que impactan en la actividad humana y desarrollan tecnología. Un ejemplo contundente de este elemento inmaginativo lo aporta Tesla, quien al ver un motor era capaz de inmaginar en su cabeza el funcionamiento total del sistema, e incluso crear aparatos a partir de ciertas piezas todas concebidas primeramente en su cabeza, desde la abstracción a la concreción.

En el segundo aspecto, la inmaginación juega en las posibilidades, la tecnología juega y seduce desde lo posible, Oppenheimer inmaginaba que la bomba atomica terminaría todas las guerras. Y tenia argumentos para creerlo, así como el estudiante cree que podrá tener un mejor rendimiento académico cuando adquiere un nuevo computador. Nos seduce una posibilidad, que puede llegar a ser sierta, como puede llegar a ser un canto de siernas. Aquí se nos presenta el gran problema.

En la medida que sea cierta, y en cierto sentido, desde Nagasaki la guerra siempre ha tenido una tensión en la escalada que no habia tenido antes, hasta ahora los paises han estado dispuetos a ir a la guerra pero con cierta precausión, cierto acuerdo, como el que puso "fin" (pongo fin entre comillas porque se puede discutir si acaso el agente naranjo en Vietnam no fue también uso de armas químicas) a las armas químicas luego de la primera guerra mundial. Pero podemos decir que de cierto modo la esperanza del fin de la guerra de Oppenheimer, se hizo realidad en el matiz de que puso al descubierto la realidad de que tenemos armas como para destruir el mundo y eso le pone un límite a la guerra, que antes no existía.

Otra realidad es el canto de sirenas. La tecnología como el canto de sirernas nos distrae, nunca antes necesitamos de tantas cosas para ser nosotros como ahora. Nunca antes. Nunca antes nos llamo la atención que personas quisieran y pudieran llevar una vida de renuncia a lo material como ahora. Y es curioso porque Newton, Cervantes, Einstein, quien sea que haya nacido antes del dos mil o los 90's sólo necesitó muchas veces papel y lapiz, papel lapiz y su cabeza. Leonardo da Vinci no necesitó una computadora, ni un programa de diseño, ni un telefono, ni tantas cosas que hoy nos rodean y parecen tan necesarias para nuestro trabajo... para nuetsro desarrollo, para ser quienes somos. 

El problema del canto de sirenas es que nos imnotiza y hace perder el tiempo. Nos quedamos en menudencias y perdemos lo importante... y esto lo escribo desde mi computadora... que puede ser una gran ayuda y una gran distracción... 

lunes, julio 03, 2023

“Inteligencia” artificial y nosotros | Chat GPT, la sabiduría y la racionalidad técnica

 Voy camino al trabajo, en el metro, medio dormido, mirando el feed de Google, y las noticias son:

―“Se le preguntó a la Inteligencia Artificial y respondió…”

―“La Inteligencia Artificial hizo un cuadro y no lo podrías creer…”

―“Se le preguntó a la IA sobre cuál era el lugar más lindo del mundo y te sorprenderás de lo que respondió…”

Me he inventado todos estos seudo títulos… que si los hubiera inventado la IA quizás serían mejores o no… ¿¡o no!? Como dice el agente Smith en la película Matrix: “Never send a human to do a machine’s job” —”Nunca envíes a un ser humano a hacer un trabajo de máquinas”.

Dejándose de bromas, al leer todas estas “noticias”, me parece que se piensa que las posibilidades de las máquinas son muy superiores a las nuestras, que hemos finalmente logrado crear algo que nos supera en eso que se ha considerado como lo propio nuestro, la inteligencia.

Tanto fanáticos como detractores parecen asumir que la inteligencia artificial es cualitativamente lo mismo que la inteligencia humana o que está muy cerca incluso de superarla, como si lo único que nos diferenciara de Chat GPT es la cantidad de información que la máquina es capaz de acumular, procesar y combinar. Pero ¿es realmente así?

¿Cuánto de nuestra inteligencia se juega no en lo que sabemos, en los datos que almacenamos y en la manera en que los procesamos, sino en otras cosas? Desarrollo la idea: no decimos que alguien es inteligente porque nos dice lo evidente que está frente a nosotros, si alguien viene a mi escritorio y me dice que mi computador tiene un teclado y el teclado letras, no me parece inteligente, es evidente… Dijo información verdadera, pero la inteligencia parece que es más que eso. —¿Y si fuera algo no evidente? Tampoco: haber sabido que algo está en un cajón de mi escritorio y decirlo no lo hace más inteligente que yo, aunque yo lo haya ignorado.

La inteligencia humana y su ingenio son creativos, no sólo distinguen patrones y establecen relaciones, sino que también pueden ir más allá de eso, creando patrones incluso inexistentes y relaciones impensables, ¡impensables por nadie más! Y eso resulta en que la persona reconoce como algo propio, emanado de su mismo yo, y no del mero procesamiento (aunque sea un procesamiento complejo) de lo que está ahí (aunque la cantidad disponible de lo dado ―los datos― sea mucho más grande en la máquina que en el cerebro humano).

Entonces… ¿La IA es lo mismo que la nuestra pero con mayor capacidad? Por supuesto que por analogía podemos decir que la máquina está programada (por una inteligencia humana) para procesar datos de modo que parece creativa, también está programada para “aprender” pero un aprendizaje que no es el nuestro, junta información y busca parámetros, pero por ejemplo, no olvida.

Es verdad que la máquina tiene una cierta capacidad de dar una solución creativa, que va más allá de lo evidente o de la constatación de lo dado. Pero no es capaz de conocerse a sí misma, menos de volver sobre sí misma en una introspección, mucho menos de autoposeerse. La inteligencia humana y su ingenio son creativos, no sólo distinguen patrones y establecen relaciones, sino que también pueden ir más allá de eso, creando patrones incluso inexistentes y relaciones impensables, ¡impensables por nadie más! Y eso resulta en que la persona reconoce como algo propio, emanado de su mismo yo, y no del mero procesamiento (aunque sea un procesamiento complejo) de lo que está ahí (aunque la cantidad disponible de lo dado ―los datos― sea mucho más grande en la máquina que en el cerebro humano). Pero lo artificial carece de esa singularidad y originalidad del ser personal. Si llamamos inteligencia a la “inteligencia” artificial, estamos reduciendo la inteligencia a algo muy simplón: acumular y procesar datos como una calculadora. ―“¿Y eso qué tiene de malo?” Nada, pero es importante tener en cuenta que una máquina no es lo mismo que una persona. La IA no es inteligencia porque no tiene la dimensión vivencial de lo que sabemos.

Un ejemplo: un momento de nuestra vida puede tener un fondo casi infinito, en lo que ocurre con lo que vivo y siento; la vivencia y su recuerdo es siempre exponencial e infinitamente superior que la fotografía que puedo sacar en ese momento. Es decir el dato que almacena la máquina, es una nada en el todo. Una nada significativa, sí, pero lo es porque nosotros la cargamos de significado. Las personas tomamos las experiencias sensoriales, las procesamos, asimilamos y las ponemos en nosotros, las incorporamos al yo. Cuando recordamos volvemos sobre eso, sobre el yo. Es personal. Desde ese yo es que creamos, escribimos, nos comunicamos, somos. Las experiencias que vivimos son poseídas por nosotros intencionalmente en ese yo ―cosa que nunca podría hacer una máquina― mientras que el aparato procesa la fotografía mediante códigos para significar tonos y colores, ceros y unos…

Entonces pasan unos años y volvemos a ver la fotografía porque google nos la muestra, se nos había olvidado quizás el detalle del momento pero como somos más que máquinas que almacenan datos, al ver la foto volvemos a vivir el momento, retomamos sensaciones, de la vivencia propia y personal de eso que vemos, el dato es sólo un gatillante. Eso que somos determina nuestra vocación como seres inteligentes, que es una vocación a abrazar la verdad, el bien y la belleza, un encuentro con la sabiduría.

Nosotros tenemos una vocación a la sabiduría, que nace del encuentro profundo con lo real, una conjunción del bien, la verdad y la belleza, que reconocemos en un vivir sabiamente. Madre de virtudes, el saber nos permite actuar bien y captar lo esencial, incluso sin retener mucha información ni ser personas “ingeniosas” o ágiles. Una persona puede, por la simple connaturalidad con lo bueno y lo verdadero, captar lo esencial y vivir con rectitud, careciendo de títulos, de una memoria fotográfica o incluso de ingenio.

Lo que preocupa del desarrollo de la IA, no es que nos reemplace como humanos, sino que se maneja un concepto de inteligencia instrumental. La IA puede resolver ciertas cosas mejor que nosotros pero porque la hicimos para eso, pero nunca será un alguien, un nosotros.

Nosotros tenemos una vocación a la sabiduría, que nace del encuentro profundo con lo real, una conjunción del bien, la verdad y la belleza, que reconocemos en un vivir sabiamente. Madre de virtudes, el saber nos permite actuar bien y captar lo esencial, incluso sin retener mucha información ni ser personas “ingeniosas” o ágiles. Una persona puede, por la simple connaturalidad con lo bueno y lo verdadero, captar lo esencial y vivir con rectitud, careciendo de títulos, de una memoria fotográfica o incluso de ingenio. Esto lo podemos reconocer en la sabiduría profunda de la vida de campo; por dar un ejemplo: alguien que aislado incluso de los saberes modernos sabe llevar una buena vida es capaz de dar las lecciones más necesarias a los “inteligentes” y “astutos” del mundo. Saber cuándo callar, cuándo escuchar, cuándo hablar; saber disfrutar, observar y olvidar incluso. La sabiduría está enraizada en la perfección de la vida humana, adquirida por el tiempo y la vida misma, a veces muy tarde, otras prodigiosamente antes. La sabiduría nos enseña del buen vivir, un buen vivir que es capaz de equilibrar el ruido del mercado, con el ocio, el silencio, el sano amor propio y el amor que se abre a Dios y a los demás.

Hablamos de “inteligencia” artificial: mira lo que hace, mira lo que me muestra, mira esto y eso… pero perdemos de vista que no es más que una calculadora… hace lo que se le pide que haga, es una herramienta y no es verdadera inteligencia, ni mucho menos la sabiduría. ¡Es sabiduría y no inteligencia la que ha buscado el hombre por siglos!, ¿Y cómo podemos emprender el sendero a la sabiduría? Como decía John Senior en los años 70, volviendo a la realidad ordinaria de la que se alimentan los principios (Senior, J. “La restauración de la cultura cristiana”). La vocación de la persona es mucho más alta que la que nos propone la racionalidad técnica del mundo moderno ―ni hablar de la irracionalidad del mundo postmoderno―, pues consiste en la apertura a la verdad, el bien y la belleza, y más aún, a la comunión con el ser más perfecto en el que esos trascendentales se dan en plenitud. Chat GPT es fruto de la inteligencia humana, y bien puede ser una herramienta –y como tal, puede usarse para el bien–, pero no debemos olvidar que ni siquiera se acerca al llamado del hombre a gustar ―sapere― del licor de la verdadera Sabiduría. En palabras de Benedicto XVI:

El saber nunca es sólo obra de la inteligencia. Ciertamente, puede reducirse a cálculo y experimentación, pero si quiere ser sabiduría capaz de orientar al hombre a la luz de los primeros principios y de su fin último, ha de ser «sazonado» con la «sal» de la caridad. Sin el saber, el hacer es ciego, y el saber es estéril sin el amor (Benedicto XVI, Caritas in Veritate, 30).

https://revistasuroeste.cl/2023/05/16/inteligencia-artificial-y-nosotros/ 

viernes, febrero 18, 2022

Transparencia

No es lo que quiero ocultar, es lo que no quiero mostrar. 

Se imponen subterraneamente conductas de transparencia, la barrera entre lo público y lo privado desaparece cuando el criterio de la autopromoción es el que impera. Vivir sometido al escrutinio de todos en la nueva sociedad de la transparencia. 

Todo debe saberse, todo se hace público de algún modo, por una mal entendida generosidad de "compartir" por un deseo profundo de autopromosión de volverse interesante para otros. 

Pero qué hay de lo que no se quiere mostrar, las opacidades propias de la intimidad. El legítimo reino interior de pensamientos que no debieran ser escuchados, de deseos escondidos o simplemente de momentos de intimidad. 

La intimidad por excelencia no puede ser pública, la intimidad por excelencia es silenciosa y en el silencio no hay nada que decir.

Espero que tus silencios sean más profundos que tus palabras, que tu privacidad sea más brillante que tu "vida pública". 

Esta ventana ilumina un interior.


jueves, febrero 17, 2022

Calor

Cuesta pensar y hacer cualquier cosa con calor.


Quizás por eso los intelectuales que uno admira, los escritores que leemos muchas veces son de países fríos. Aunque hay grandes escritores de países cálidos también. Estoy pensando en poetas y escritores cubanos por ejemplo o algunos intelectuales brasileños.

Así la excusa del calor parece desplumarse. Una lástima, era confortante pensar qué, por culpa del calor es que no puedo escribir. 

Estoy escribiendo ahora con calor. El verano es así, uno tiene más tiempo pero el tiempo se hace pesado, como si el aire y el tiempo fueran juntos, su pesadez aturde por todos lados.

Según la física la temperatura debiera hacer más liviano el aire, separar las partículas, pero no... se hace pesado, cansador. Como un reloj con poca pila, su segundero insiste pero el horario y el minutero no quieren más guerra.

Bien nos salva en estos días una cerveza bien fría.

Para refrescarnos y ponernos creativos, salud.

jueves, febrero 10, 2022

En el camino

Nací en Mallarauco comuna de Melipilla en la zona rural central de Chile. Ahí crecí y viví mi infancia. Desde ahí inicié mi camino académico.
Salí a conocer y preguntar al mundo. Estudié filosofía en Santiago en la metrópolis.
¿Qué es el hombre? Es una pregunta que tiene consecuencias, para la cultura, la ética, la psicología y la sociedad. Pero por sobretodo para el hombre mismo. Tiene consecuencias para mí, porque es una pregunta por el sentido. Por el sentido de mí vida.
Hemos comenzado profundas exploraciones en relación al hombre, abriendo caminos desde las diferentes ciencias. Campos como la psicología, psiquiatría y neurociencia nos llenan de investigaciones que buscan responder esa pregunta por el hombre. La exploración recién comienza. 
¿Cómo se conjuga todo este conocimiento y esta exploración con a experiencia humana? Para responder a esta pregunta está la filosofía. No podemos separar la exploración del hombre y el conocimiento que podemos adquirir sobre este, de la experiencia humana. La experiencia humana en reflexiones continuas se vitaliza en la experiencia filosófica. 
La pregunta filosófica es condensación de la experiencia humana. Es la problemática humana profunda, el sentido mismo de la vida del hombre, el sentido mismo de mi vida que se torna pregunta, no para una respuesta psicológica, sino para una respuesta más compleja que pasa por una búsqueda centrada en el vivir, en las decisiones y en entender que es lo que vale la pena. 
Cuanto de nuestra experiencia de vivir no esta ya condensada y graficada en la reflexión de la Grecia clásica. Cuantos de esos que se suben hoy al metro en horario punta, en el movimiento de una metrópoli efervescente no se ven a sí mismo, como Sísifo empujando la piedra de sus vidas en el sin sentido.
El contraste de la apacible vida rural y su sabiduría terrenal en vidas de ancianos, con la ferviente vida capitalina, con el ir y venir apurado. La efervescencia del movimiento, la sensación del sin sentido, el vértigo de la vida contemporánea, exige al hombre profundas reflexiones. Tenemos más respuestas que antes, pero esas respuestas responden a las preguntas correctas.

martes, febrero 08, 2022

Quien cuenta la historia

Una de las cosas interesantes que posibilita internet, por lo menos a mí me resulta interesante, es ver videos que muestran otros puntos de vista. No hablo del video que dice que la tierra es plana y esas insensateces, no hablo de puntos de vista históricos por ejemplo.

Ver, la manera en que vemos la historia los distintos países americanos es para mí un gran placer, sobretodo cuando descubro un buen programa, realizado no por un entusiasta chovinista, sino por personas que hicieron un esfuerzo por educar a su pueblo en su historia. 

Videos sobre la historia de Paraguay, la historia de Bolivia, España, Mexico, Chile, Argentina, etc. 

Es muy fácil quedar encerrado en la historia que nos contaron en el colegio, en la escuela, esa visión infantil donde habían unos "malos" que querían algo y unos "buenos" que son nuestros héroes que dieron su vida por una causa justa. 

La verdad es que independiente de quien cuente la historia, poca causa justa hay en la guerra, los héroes que la evitan pocas veces están en las plazas.

Un elemento a considerar desde mi parecer es el desenlace, de un lado y del otro siempre hay sacrificios, los desenlaces pocas veces son justos, los antecedentes son casi siempre opacos, pero es una oportunidad para pensar que la historia es algo, que va a permitir hacer un presente y un futuro a los que estamos. Ese presente y ese futuro debe tener la claridad de mirar y sopesar con cierta distancia los antecedentes de los hechos valorando justamente las motivaciones de quienes dieron su vida por algo.

lunes, febrero 07, 2022

15 minutos diarios

Serías escritor, si escribieras 15 minutos diarios...

Pero la historia siempre ha sido la misma, para escribir hay que vencer la pagina en blanco, el cursor... que tintinea y no va a ningún lado... 

Antes, ante la página, sentías la necesidad de sacar punta al lápiz, de prepara un café, de ajustar la luz, cambiar la ampolleta y así, para evitar escribir vasta no estar tan convencido de querer hacerlo...  

Hoy, hoy es aún más fácil, cual es el mejor teclado para escribir, busquemos, cual es el mejor aparato, cual es el mejor programa, horas perdidas, leyendo comentarios inútiles sobre un software o un hardware que hacen de gran amigo de la escritura... y luego los temas, las palabras, el video tutorial y así nos fuimos olvidando que para escribir, bastan 15 minutos diarios y comenzar a hacerlo...